1. Orígenes del maullido: del gato bebé al gato doméstico

• Llamada instintiva: Los gatitos maúllan para llamar la atención de su madre cuando están fríos, hambrientos o asustados.
• Neotenia: Al conservar características juveniles, los gatos mantienen ese comportamiento incluso de adultos, sobre todo si viven con humanos.
• Aprendizaje social: A diferencia de los gatos salvajes, que rara vez maúllan en la adultez, los gatos domésticos aprenden que ese sonido despierta reacciones en los humanos.

2. Razones comunes de maullido

a) Saludo y cercanía emocional

Al verte llegar a casa, tu gato puede darte una corta serie de maullidos de bienvenida como signo de “¡Hola!”.

b) Peticiones de atención

Quieren jugar, caricias o simplemente compañía. Aprenden que el maullido funciona como “click” para que les prestes atención.

c) Hambre o sed

Si aparecen cerca del plato vacío, claramente te están recordando que es su hora de comer. Son inteligentes y saben que sus maullidos pueden hacerte actuar.

d) Estrés o ansiedad

Los cambios en el entorno, la llegada de visitantes, o incluso una mudanza, pueden angustiarlo. El maullido se convierte en una forma de decir “Estoy incómodo”.

e) Malestar físico o enfermedad

Un maullido persistente, particularmente si está acompañado de otros síntomas (estreñimiento, jadeo, maullidos de tono inusual), podría indicar problemas como ansiedad, patología renal, artritis o hipertensión. Ante esto, lo mejor es visitar al veterinario.

f) Instinto reproductivo

Los gatos sin esterilizar pueden maullar más durante el celo, ya sea para atraer pareja o manifestar su estado hormonal.

3. Tipos de maullidos y lo que podrían significar

Según etólogos, existen muchos matices:

• Maullido alto y estridente: urgencia — ¿tengo hambre o algo me duele?
• Maullido grave o más largo: puede significar frustración o estrés.
• “Chirrido” breve: saludo amistoso.
• Maullidos nocturnos persistentes: comunes en gatos senior con disfunción cognitiva.

4. Estrategias para manejar los maullidos

1. Observación: Ubica patrones: ¿qué haces cuando maúlla? Si siempre obtiene comida o atención, reforzarás ese comportamiento.
2. No recompensar el exceso: Ignora el maullido insistente. Solo responde cuando esté tranquilo.
3. Estimulación: Juega con él, ofrécele juguetes interactivos y sé consistente con su rutina.
4. Entorno relajado: Usa difusores de feromonas y reduce los cambios bruscos.
5. Chequeo médico regular: Si aparecen síntomas nuevos o el comportamiento cambia, consulta al veterinario.

5. Suele ser manipulación humana… y funciona

Un estudio indicó que los gatos adaptan sus maullidos para comunicarse más eficazmente con nosotros, acentuando el tono o duración según lo que quieren conseguir —especialmente comida.

En resumen: nuestros gatos nos “controlan” por cariño, y lo hacen a través de una herramienta que nació de su infancia y la inteligencia social que desarrollaron con nosotros.

Conclusión

El maullido es la cara visible del lenguaje felino dirigido a los humanos. Cada sonido tiene un sentido: saludo, petición, dolor, estrés o instinto. Al observar bien el contexto junto con su lenguaje corporal, podrás entenderlo mejor y responder adecuadamente. Mantener una rutina, jugar con él y atender su salud marcarán la diferencia en una comunicación sana y equilibrada.